Muralla Medieval

Dirección: 
18500  Guadix  Granada
España

La muralla de la medina de Guadix fue el elemento que marcó la organización urbana en época andalusí, desde el siglo XI-XII, y siguió conservando su influencia hasta el a día de hoy. Se construyó inicialmente durante el siglo XI, al igual que la alcazaba, y con la misma técnica constructiva que emplea el tapial de cal y canto. Posteriormente, en el siglo XII, sufrirá una importante remodelación, que incluirá entre otras cosas la erección de una barbacana o antemuralla a lo largo de prácticamente todo el perímetro del recinto. También se llevarán a cabo reformas mediante el refuerzo de torres o la construcción de la conocida torre del Ferro.

La muralla de la medina acoge el casco histórico de la ciudad formando un núcleo con forma triangular. Recorre desde la Alcazaba, la calle San Miguel hasta el Torreón del Ferro, para seguir el recorrido de la calle con el mismo nombre, ubicada posiblemente sobre las gradas del teatro romano de la ciudad, siguiendo hacia la actual plaza de las Palomas, donde se encuentran parte de los restos integrados en el nuevo edificio destinado a ser el punto de información turística de la ciudad. De la plaza llega hasta la calle ancha, para volver a subir hacia la Alcazaba.

Existían varias puertas que se abrían a las principales vías de comunicación. Una de ellas comunicaba con Granada, y se encontraba en la actual cuesta de las Angustias que sigue conservando una estructura en doble recodo como probablemente tuvo la puerta medieval. Hacia el Norte se encontraba la de Bazamarín o Baçamarín, que servía de comunicación con el camino de Baza y Murcia. Concretamente se encontraba en las escalinatas que bajan desde la Plaza de las Palomas hacia la puerta de San Torcuato, que era a su vez otro acceso del barrio del mismo nombre que se desarrolló a partir de esta importante vía de comunicación. Igualmente importante es la llamada puerta Alta, junto al palacio de Peñaflor. La estructura de acceso parece adivinarse en la rampa que salva el importante desnivel existente desde la iglesia de Santiago. Esta daría acceso al camino de Fiñana y Almería.

Menos exactas son las referencias a las puertas de Bibalmazán, que aparentemente habría dado acceso a la zona de Santa Ana, o la denominada puerta de Paulenca, situada hacia el Oeste, en dirección a la Magalena, pero de la que no quedan indicios apreciables en el largo paño de muralla que se conserva entre la cuesta de las Angustias y la alcazaba.

Actualmente conocemos numerosos tramos de la muralla a lo largo de todo su perímetro y los restos de numerosas torres que formaban el conjunto defensivo. Destacan el Torreón del Ferro y los restos conservados o aparecidos en las diferentes excavaciones de la calle San Miguel.

El conjunto en su mayor parte fue reaprovechado históricamente por edificaciones adosadas a ella una vez que su función defensiva ya no era necesaria. Podemos ver en el palacio de Villalegre o en el episcopal restos de alguna de las torres, pero es en el Palacio de Peñaflor donde destaca más claramente el reaprovechamiento tanto lienzos de la muralla como la estructura de una de las torres.

La evolución del uso de estos elementos defensivos nos ayuda a conocer más de cerca la estructura de la ciudad histórica y su proceso de transformación a lo largo del tiempo, desde los aspectos urbanísticos y de organización interna, hasta aquellos más relacionados con la interpretación del contexto social, político y económico.